Átate bien los cordones y olvídate de los atajos: aquí no engañamos a la leyenda. El Maratón de Boston es una carrera estelar. 42,195 km de asfalto que no se pisa por casualidad. Hay que ganárselo, demostrarlo, correrlo, vivirlo y cronometrarlo. Así que, si clasificas, formas parte de un club muy exclusivo: el club de corredores que tienen una cita con la historia.
Qué encontrarás allí:
Enfoque del Recorrido:
No se dejen engañar por la pendiente descendente. El Maratón de Boston es todo menos un recorrido libre. Las subidas invisibles, los descensos complicados y, sobre todo, la formidable Heartbreak Hill en el kilómetro 32 hacen de esta carrera más una prueba de resistencia que un terreno para batir récords. Además, el reglamento oficial prohíbe validar aquí actuaciones de clase mundial. Demasiada cuesta abajo. Demasiado viento. Demasiado de todo.
Pero ese no es el punto. La verdadera emoción es este legendario cruce de Nueva Inglaterra, este paso por Wellesley y sus "túneles del grito", esta recta final en la calle Boylston que todos sueñan con correr algún día. Boston es una peregrinación. Una consagración. Una meta que cuenta más que el reloj.
3 (muy) buenas razones para participar:
¿Listos para vivir la maratón más emblemática del mundo? Boston te espera.
42.195 km
Marathon